2005-01-27

"Asquerosos judios" I


Hoy es el 60 aniversario de la liberación del Campo de Auschwitz. ¡NUNCA MAIS!
Vi el otro día, en el ByN cultural la reseña magnífica de Mercedes Monmany, del libro: “Oh vosotros, hermanos humanos” de Albert Cohen. Editorial Losada.
No he leido nada de él, autor en lengua francesa, genial por lo visto, tiene una seria de libros (conocido como “gesta de los Solal”) sobre el pueblo judio, donde está la considerada su obra maestra “Bella del Señor”.
En este día, traigo su conmovedor testimónio:
(...) “Publicada en un esbozo primero en 1945 en la revista “France Libre” con el titulo “diario de de mis diez años”, hasta que mucho más tarde, en 1972, adquirió la forma y el título actual, esta obra nos acerca a un hecho fundamental y triste, de gran repercusión para la experiencia posterior del escritor que seria un día Albert Cohen. Es algo muy conocido por algunos y el gran escritor ruso de origen judio Isaak Bábel, ya definió con el concentrado laconismo que le hizo célebre: “Si escribiera mi autobiografía la titularía Historia de un adjetivo” Un pasaje aterrador (un adulto insultando violentamente a un niño, sin provocación previa, por su sola presencia), un momento iniciático para todas las tragedias posteriores, un antes y después de revelación inesperada para la vida que comienza y para la inocencia aún adormecida en el seño o paraíso de la pura inocencia confiada. Un niño, Albert Cohen, en el día de su décimo cumpleaños, mientras su madre le espera en casa con la tarta de cumpleaños, sin el calor y comprensión de los suyos que le aman, se acerca tranquilo, embelesado y curioso a la algarabía callejera montada por un buhonero que vende unas varillas mágicas para limpiar las manchas. Tímidamente alarga su mano con unas monedas, quiere tener tres de esas varillas. Pero la violenta respuesta inagurará y desvelará una condición hasta entonces, si no ignorada, no vista como algo que lo hace a él digno de ser destestado o excluido de una marea humana y social que se detenta con exclusividad: “¡Vaya! ¿Eres un judío, verdad? [...] ¿eres un asqueroso judío, verdad?, lo veo en tu jeta, ¿no comes cerdo, verdad? como los cerdos no se comen entre sí, ¿eres avaro, verdad?, lo veo en tu jete...” El resto que sigue, por sabido, oido o leido, es de imaginar. “A ese pequeño tonto que seguía a cualquier general francés que encontrara por la calle [...] A ese pequeño, poseído de un loco capricho sagrado por Francia, aquel buhonero le maldijo con la extranjeridad, le envío para siempre a un invisible campo de concentración, un campo en miniatura, lo sé, un campo del alma solamente”, dirá el narrador “ya viejo, tan cerca de mi muerte” que es Cohen rememorando aquella escena eterna y congelada de la infancia. Una escena que aquel día lo enfrentaría para siempre a su pertenencía más profunda e imborrable, a su condición de niño judío, distinto y rechazado por los que no lo son y quieren que lo sea a solas, sin extraños. Cohen no se hace ilusiones, no pide igualdad en la vida, sabe perfectamente que un “estéril amor a lo largo de dos mil años no ha impedido ni las guerras y sus matanzas, ni las hogueras de la Inquisición, no los pogromos, ni el enorme asesinato alemán”.
Él, a pesar del discurso antisemita, o acrecentado por ello mismo, serguirá siendo, como se desprende de cada una de sus obras (y que muy bien ha resaltado Esther Bendahan en su prologo), “un mendigo de amor”, portador de un estigma que provoca el odio y que sin embargo responde tan sólo “relatando su dolor”. Un mendigo que ruega a sus “hermanos humanos” que le niegan entonces y que le seguirán negando, que al menos reconozcan su parentesco idéntico en el momento final que siempre parece ignorarse: ser hermanos en la muerte: “Que esta espantosa aventura de los humanos que llegan, ríen, se mueven, y luego de repente ya no se mueven, que esta catástrofe que les espera no les haga más cariñosos y compasivos los unos con los otros, resulta increíble”

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Te recomiendo cualquier libro de Cohen, que , desgraciadamente, no tiene una obra muy extensa. Cayó en mis manos pr casualidad, Bella del Señor, y a partir de ahí me estoy leyendo la tetralogía conocida como "Gesta de los judíos", sobre los orígenes y familia del personaje principal, Solal, alter ego de Cohen en lo espiritual, si bien volcó en el personaje todo lo que le hubiese gustado ser socialmente: guapo, seductor, triunfador...hace muchísimo tiempo que no daba con un autor tan reflexivo como irónico. Un gran psicólogo, Cohen, de la naturaleza humana y las relaciones personales y sociales. Le tacharon de misógino y hasta de machista, pero no estoy de acuerdo, criticó los roles sociales occidentales, pero no a la mujer. Si lees algo de Cohen y quieres comentar, puedes escribirme a solal2005@yahoo.es. Saludos,

1:06 p. m.  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

4:54 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home