2005-02-03

¿A la ministra le crecen los enanos, o es ella la que mengua?

El otro día, en una carta desternillante, Boadella declinaba, con sorna, la invitación para asistir a los que él llamaba un “akellarre creacional”: el encuentro organizado por la SGAE, y con la asistencia de “la antes Excelentisima Sra. Dña Carmen Calvo, ministra de cultura”, y hoy “Carmele”.
Bien, el caso es que, quien no declino la invitación de asistir fue José Saramago, y lo cierto, es que me da la impresión de que hubieran preferido que se quedara en su islita, y si no mira algunas de las cosas que dijo, tomado de la cronica de Nuria Cuadrado, en El Mundo (que te aconsejo leer):

“No se armó de más espada que la palabra, que, como siempre, también le sirvió de escudo, de coraza. Y con esa armadura, tan robusta como endeble, José Saramago se convirtio ayer en paladín de la cultura. “Todas las batallas se ganan”, advirtió el Nobel, “todas menos las que se pierden”. Y aún apuntó: “Esta será dura”.
Y es que la lucha que abandera el portugués es contra ese “capitalismo autoritario” que convierte la cultura -novelas, discos, ensayos- en meros productos de mercado. Un “riesgo a largo plazo” que, Saramago advirtió, no debe quedar oculto tras el peligro inmediato que supone la piratería; un pozo en el que si acabamos por caer, convertirá a Cervantes en un productor de contenidos, en un mero inversor, y al Quijote no en una obra magna sino en su mayor oportunidad de negocio. “Aunque él nunca se enterara”, bromeaba ayer el lucido autor de Ensayo sobre la ceguera

Por supuesto, al final parece que todos acabaron en agradable francachela, cuando se pusieron de acuerdo en que la culpa de todo la tienen los americanos.Alguien debía contarles a estos señores de la cultura, que para buscar ejemplos de “capitalismo autoritario” o de “mercantilismo de la cultura”, no hace falta ir a “lejanos desiertos ni a las perdidas montañas” de Los Angeles... están cerca, muy cerca. Alguien les debía explicar, también, que gran parte de la industria de los contenidos esta o en manos japonesas, o en manos de magnates, muchos de ellos europeos, que, sí, tienen muchos empleados americanos, y que por tener, tienen hasta “paniaguados españoles”.
Así que esto es una conspiracion americana-africana (música top manta),china (peliculas. Las flores de momento no cuentan, parece que el lobby de los floristas no es muy potente)... Que barbaridad! ¿Cómo luchar con tan formidable enemigo? Menos mal que en España tenemos experiencia en la lucha contra conspiraciones (la judeo-masónica sin ir más lejos).
Seguro que a Carmele se le ocurren una cuantas leyes coercitivas, que ya anuncia que implican a 11 ministerios!. Todo sea por resistir a los yankes. ¡No pasaran!; y, por supuesto, defender nuestra Cultura, tan “excepcional”, que necesita leyes de “excepcionalidad”.

Carmele, querida, no nos defiendas tanto, que nos asustamos
Cervera, en Retiario, estando claro, quien defiende a la “industria de la cultura”, se pregunta ¿Quíen nos defiende a nosotros?

PD. El Señor Bautista, presidente de la SGAE: “¿Queremos creadores dóciles que vivan del patrocinio y las órdenes religiosas o creadores beligerantes que digan las verdades del barquero?”... me da la impresión de que si bautista se encuetra un dia con “un creador beligerante” se desmaya. En fin, “no comments”.